Dentro de una galería de color blanco impoluto llamada Oliva Arauna, nos espera una exposición del artista chileno Alfredo Jaar, bajo el nombre “The sound of Silence”. Nada mas entrar nos encontramos con la muestra llamada “Three women”, que nos sorprende ante la visión de tres pequeñas imágenes iluminadas por seis enormes focos. Estas mujeres son Graça Machel, Ela Bahtt y Aung San Suu Kyi, mujeres que luchan por diferentes causas en sus respectivos países, mostrando que una sola persona puede cambiar el mundo, de ahí el tamaño de las fotos frente a la grandeza de las luces, que indican la importancia de estas tres figuras femeninas en la sociedad actual.
Prosiguiendo por un corto pasillo encontramos un enorme cubo blanco, cuya entrada destaca por su tono negro y una luz verde que te invita a entrar. Después de sentarnos en uno de los tres bancos que hay dentro de la habitación que está a oscuras, comienza una proyección de PowerPoint que cuenta la turbulenta vida de otro artista: se trata del fotoperiodista sudafricano Kevin Carter, que tras tantos altibajos en su biografía con algún que otro intento de suicidio, le llegó fama por la fotografía que realizó a una niña famélica supuestamente acechada por un buitre. Foto que, además de concederle un premio Pulitzer, le llevó a suicidarse debido a la presión mediática que el reportero sufrió.
El mismo autor de la fotografía dijo: “Es la foto más importante de mi carrera pero no estoy orgulloso de ella, no quiero ni verla, la odio. Todavía estoy arrepentido de no haber ayudado a la niña”. Con esta declaración contestó a algunas de las incógnitas planteadas alrededor de la instantánea, pero con cada palabra que pronunció tiró su prestigio por la borda, realizando posteriormente varios trabajos fallidos y agravando esta pésima situación la muerte de su compañero, poniendo fin a su historia con ese triste final.
En el momento en el que se nos muestra la famosa imagen, somos sacados de la monotonía de la presentación en blanco y negro con unos flashes que nos hacen sentirnos partícipes de lo que sucede en la imagen. La guinda del pastel la ponen las últimas líneas de la presentación, en la que se nos da la información de que la imagen pertenece a la base de datos de imágenes de Microsoft, cuyo dueño es uno de los hombres más ricos del planeta, Bill Gates; lo que nos lleva a reflexionar: ¿quién es peor, el que no ayuda al prójimo cuando se le presenta la oportunidad por anteponer sus intereses a la vida de otras personas, o el que tiene siempre la oportunidad de ayudar, no a una persona, sino a muchas? Juzguen ustedes mismos.
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