THE SOUND OF SILENCE. Alfredo Jaar.
Alfredo Jaar lleva 20 años trabajando con Oliva Arauna y juntos nos presentan por primera vez esta original exposición con el texto en español. Se trata de una videoinstalación, que como todos los que hemos ido a verla sabemos dura 8 minutos etc. Pero creo que lo importante aquí es comentar sobre lo que el artista quiere hacernos llegar con esa espeluznante y sombría foto del protagonista de la narración Kevin Carter, una foto en la que se ve como una niña africana moribunda es acechada por un buitre.
Alfredo Jaar, (Santiago de Chile, 5 de febrero de 1956) es un artista, arquitecto y cineasta chileno contemporáneo. Su trabajo más afamado es su prolífica serie de obras agrupadas en el Proyecto Ruanda (1994-2000), obras que reflexionan sobre el genocidio ocurrido en Ruanda en 1994 y las implicaciones que tiene un desastre como éste en el campo de la representación.
Jaar quiso decirle al mundo algo sobre lo que estaba ocurriendo en Ruanda ya que se sintió indignado por lo poco que se hablaba de este trágico tema.
El “proceso Ruanda” duró 6 años y se compuso de 21 piezas pero el artista no logró ahondar en el público de la manera que quería. Dijo una vez “hay una enorme brecha entre la realidad y sus posibles representaciones y esa brecha es imposible de reducir…”. Por mucho que observemos con detenimiento una obra solo nos sentimos identificados si la escala es a un solo ser humano, es decir, nos afecta mucho más conocer la historia, el nombre de una de las personas que ha sufrido esas terribles escenas que se suceden y se amontonan sobre la Guerra de Ruanda, que visualizarlo a una escala mayor. Esto ayuda al público a identificarse con esa persona, “…es fundamental para crear empatía”.
En la exposición The sound of silence, quiere que la gente entre en ese espacio y que al salir sienta que entraron en un modelo de pensamiento y de mirada sobre el mundo.
El entrar en esa sala a oscuras donde solo podemos ver una gran pantalla en la que nos narran la historia de un gran fotógrafo que acabó suicidándose por las múltiples aberraciones que había visto y fotografiado, me hace imaginar que estoy dentro de la mente del artista observando por una ventana, me enfrascó totalmente y me hizo poner todos mis sentidos en la historia que allí se relataba. Luego vinieron los flases y fue como si me despertara de un trance, la imagen que vi a continuación me resulto mucho más dura que si la hubiese visto en otras condiciones.
A pesar de que el epicentro de esta exposición es la “gran caja negra” el artista ha querido llamar la atención sobre las vidas de tres mujeres resaltándolas con una gran cantidad de focos a pesar de que los retratos son bastante pequeños.
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