lunes, 29 de noviembre de 2010

El arte de la violación


Paula Morán Ortín

¿ Qué sabemos de Banksy? Nació en Bristol en 1974, a finales de los 80´s se unió al boom del aerosol que se daba en la zona lo que le llevo a ser uno de los artistas contemporáneos más prolíficos y su obra tiene gran influencia de Blet Le Rat, un grafitero parisino de quién tomó la técnica del estarcido.

Banksy utiliza plantillas, aerosoles y grandes dosis de ironía y de cinismo para crear sátiras políticas y morales que, planteadas como un objeto urbano más, consiguen afincarse en la mente de los ciudadanos y sacudir sus consciencias y sociedades.

En un época en la que el mérito del artista radica no tanto en su obra como en su manera de venderla *”En lugar de la leyenda del bohemio, del rebelde inadaptado, el artista se convierte en una especie de agente cultural, relaciones públicas y técnico de comunicación, todo a la vez, para poder conseguir el acceso al circuito institucional” Así, el gran público cree que la vida del artista es vivir del lujo sin haberse “partido el lomo trabajando” y su indignación aumenta y sube ,como la espuma, la sensación de que ese mundo que no entiende le excluye sin darle opciones, y entonces se encuentra con Banksy.

Lo primero que llama la atención de este artista es su anonimato, el hecho de poder cruzarte con él por la calle y no reconocerlo, de no generar a su alrededor un corro de admiradores y curiosos. Porque Banksy no busca ser reconocido en la mirada de la gente, sino que las miradas se posen en su obra y vean lo que él ve y sientan como él siente. Recontextualizando el espacio público para mostrar que no es tan raro ni tan banal cuestionarse el mundo. Lo segundo que impacta es el medio, el graffiti, algo que muchos suelen considerar sucio y vandalismo consigue revelar ,a poco que se rasca, la hipocresía que lleva a admirar lo detestado tras saberse que tiene prestigio. Pero lo que realmente impacta es que la idea no es ensuciar las paredes sino reclamar su parte del lugar público para despertar a la población, que ha sido domesticada por el miedo que las instituciones generan al crear paranoias y conspiraciones. Lo que Banksy persigue es hacer que la gente reaccione y no se conforme con su rutina aún sabiendo que la de otra gente es luchar por su vida y, más cercano a su “1º Mundo”, rebelarse ante la monotonía, la hipocresía, la intolerancia y los convencionalismos.

Despertar. Salir al mundo y gritar lo que se piensa y luchar por aquello en lo que se cree. Romper los moldes, las banderas, las burbujas de gaseosa y las fronteras. Construir como lo hacen los niños, con un montón de colores y el estómago lleno. Mancharse hasta sonreír, y llorar, y aceptar que somos humanos y salir a la calle con el corazón y la cabeza puestos para conseguir un mundo donde no haya que gritarse unos a otros por intentar ser felices aunque haya que violar todas las concepciones.

*J. Jimenéz Teoría del Arte

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