La película Origen, estrenada el verano del año 2010 trata de cómo un grupo de personas puede modificar el mundo real a través de los sueños. Don Cobb (interpretado por Leonardo Di Caprio) es un experto en robar ideas de la mente humana a través del sueño. Pero esta vez se le ofrece un trabajo diferente, que es introducir una idea en la mente de otra persona, en vez de robarla. Él junto con Arthur (Joseph Gordon-Levitt), Ariadne (Ellen Page), Eames (Tom Hardy), Saito (Ken Watanabe) y Yusuf (Dileep Rao) forman un grupo de trabajo en el que lo que se intenta es crear la idea en un heredero de una compañía muy importante para que decida abrir una por su cuenta y Saito, dueño de otra multimillonaria compañía tenga todo el poder.
En el filme se da muestra del gran poder de la mente humana, como es capaz de crear, de engañar a través de un pequeño cambio o de una pequeña idea que parece que ha sido creada por nosotros, cuando en realidad nos ha hecho llegar a ella una influencia ajena. En la película además del gran plan que tienen todos ellos para conseguir el éxito de Saito, a cambio de dinero y varios tipos de recompensas más, se dan varias historias dentro de ella, como la de Don Cobb con su esposa, Mal, la cual se suicidó por pensar que estaba dentro de un sueño y que si se moría podría despertar y estar en el mundo real. Eso no sucedió si no que dejó solos a sus hijos y a su marido, el cual fue el que le metió en la cabeza la idea de que estaba en un sueño, y no en la realidad. Mal siempre intenta fastidiar los trabajos de Don en sus sueños, podríamos decir, que Mal, la mujer, representa al mal siempre estando presente en los sueños de Don.
La idea de que te manipulen la mente, se puede ver en el mundo real, fuera de esa película de Origen, cuando gracias a la publicidad nos compramos cosas o consumimos cosas que realmente no nos gustan, y que han sido metidos en nuestra mente a través de escenas de películas en las que aparecen o mensajes subliminales. A veces sucede que en el cine se mete entre tomas una imagen con un producto, dura lo suficientemente poco como para que no nos percatemos de ello. En cambio, nuestro subconsciente si lo hace, y eso provoca que pensemos en ese producto y nos den ganas de consumirlo.
La película me ha parecido muy interesante, ese punto de ver de el sueño, dentro del sueño, y no saber si el mundo real es el definitivo, ya que no tenemos suficientes pruebas para demostrar que en este momento no estamos en un sueño eterno, como decía Descartes: "Cuando reflexiono detenidamente sobre esto, no encuentro ni un solo criterio para distinguir la vigilia del sueño”.
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