Carlos Garaicoa es un artista nacido en La Habana, Cuba. Estudió sobre arquitectura, urbanismo e historia, por ello, presenta un gran abanico de posibilidades en la formación de sus obras; que van desde instalaciones arquitectónicas, pasando por vídeos, fotografías, esculturas o dibujos.
Garaicoa toma su inspiración para la realización de las obras en la calle y demás lugares públicos. Este es el motivo por el cual se ven infundidas en temas relacionados con la cultura y la política del lugar.
Es el caso de la exposición Fin de Silencio, donde el artista muestra siete elaborados tapices que representan los nombres originales de tiendas tradicionales de La Habana.
La idea de realizar estos tapices es plenamente de Carlos Garaicoa, pero no es él el responsable de su elaboración, no los lleva a cabo. Las baldosas fueron fotografiadas y modificadas mediante programas informáticos, y transformadas en tapices por grandes expertos en esta materia.
Carlos Garaicoa nos muestra esta exposición en Matadero, Madrid, trasladándonos a su ciudad y haciéndonos participes de lo que se siente paseando por sus calles, donde la tradición se fusiona con el arte y este, a su vez, con la arquitectura del lugar.
A los tapices no les falta absoluto detalle (grietas en el pavimento, hojas de árboles, chicles y demás suciedad que se acumula fácilmente en las calles no pasa desapercibida para el artista); y es el hecho de que haya que acceder descalzos a la instalación la que permite percibir mediante el tacto una mayor cercanía al lugar y a la propia obra.
Pero el artista no se limita a crear representaciones idénticas a las originales, sino que se atreve a modificarlas ligeramente realizando pequeños juegos de palabras. Por ejemplo: una acera lucía originariamente en sus baldosines "La lucha", y el artista renovó su significado diciendo "La luchas es de todos"; y el comercio llamado "El volcán", fue representado como "El volcán estallará, iluminados esperamos". En realidad, lo que verdaderamente está realizando Garaicoa es una crítica contra la sociedad y el sistema político.
Carlos Garaicoa dice que su objetivo primordial mediante esta obra es "incitar a la lucha personal y a la mirada crítica del individuo".
El artista, pendiente de cuidar todo detalle, nos explica desde un principio qué es con lo que nos vamos a encontrar, transmitiéndonos con el nombre de la exposición aquello que está culto tras lo que vemos. Fin de silencio es una revelación de que esas obras que estamos viendo quieren que nos detengamos ante ellas para hablarnos y contarnos su historia. Fin de silencio es un diálogo con algo cotidiano, el pavimento, ante lo que no dedicamos un solo segundo, y que nos quiere transmitir sus vivencias.
Garaicoa toma su inspiración para la realización de las obras en la calle y demás lugares públicos. Este es el motivo por el cual se ven infundidas en temas relacionados con la cultura y la política del lugar.
Es el caso de la exposición Fin de Silencio, donde el artista muestra siete elaborados tapices que representan los nombres originales de tiendas tradicionales de La Habana.
La idea de realizar estos tapices es plenamente de Carlos Garaicoa, pero no es él el responsable de su elaboración, no los lleva a cabo. Las baldosas fueron fotografiadas y modificadas mediante programas informáticos, y transformadas en tapices por grandes expertos en esta materia.
Carlos Garaicoa nos muestra esta exposición en Matadero, Madrid, trasladándonos a su ciudad y haciéndonos participes de lo que se siente paseando por sus calles, donde la tradición se fusiona con el arte y este, a su vez, con la arquitectura del lugar.
A los tapices no les falta absoluto detalle (grietas en el pavimento, hojas de árboles, chicles y demás suciedad que se acumula fácilmente en las calles no pasa desapercibida para el artista); y es el hecho de que haya que acceder descalzos a la instalación la que permite percibir mediante el tacto una mayor cercanía al lugar y a la propia obra.
Pero el artista no se limita a crear representaciones idénticas a las originales, sino que se atreve a modificarlas ligeramente realizando pequeños juegos de palabras. Por ejemplo: una acera lucía originariamente en sus baldosines "La lucha", y el artista renovó su significado diciendo "La luchas es de todos"; y el comercio llamado "El volcán", fue representado como "El volcán estallará, iluminados esperamos". En realidad, lo que verdaderamente está realizando Garaicoa es una crítica contra la sociedad y el sistema político.
Carlos Garaicoa dice que su objetivo primordial mediante esta obra es "incitar a la lucha personal y a la mirada crítica del individuo".
El artista, pendiente de cuidar todo detalle, nos explica desde un principio qué es con lo que nos vamos a encontrar, transmitiéndonos con el nombre de la exposición aquello que está culto tras lo que vemos. Fin de silencio es una revelación de que esas obras que estamos viendo quieren que nos detengamos ante ellas para hablarnos y contarnos su historia. Fin de silencio es un diálogo con algo cotidiano, el pavimento, ante lo que no dedicamos un solo segundo, y que nos quiere transmitir sus vivencias.
Yolanda González Núñez
Grupo 12
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