Marta Pérez Carmona
¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
Con esta idea de Calderón, intenta tentarnos Nolan en su película Origen. Tentarnos con que podemos controlar sueños, tentarnos con la capacidad de cambiar el mundo mediante ideas, tentarnos con fantasías imposibles. Tentarnos con que nos ha gustado el film.
Demasiado lioso como para dejarnos pensar, pretende cegarnos con lo espectacular, dejarnos boquiabiertos mediante efectos especiales y hacernos llegar a decir “cielos, pero que buen actor que es Dicaprio...”
Una película que sin tanto puñetazo, explosión, persecuciones en la nieve e historias de amor imposibles podría haber dado mucho más de sí. El tema es bueno, aunque tenga un clarísimo trasfondo inspirado en The Matrix (tanto por los golpes como por el mundo paralelo al cual llegas gracias a una máquina)
Sin embargo, lo que más choca de la trama es esa capacidad para controlar los sueños, capacidad de la que el propio Freud se reiría largo y tendido. El subconsciente trata precisamente de eso, de mostrar tus deseos ocultos, no de controlarlos.
La clara incomprensión de la película ha llevado a los espectadores (entre los cuales, al menos en un principio me incluyo) a elevar la calidad de Origen. Nos pirran los efectos especiales y los actores conocidos. Sin embargo la película en sí, es una sátira. los protagonistas no son ni Cobb ni Ariadna, los protagonistas somos nosotros. Nolan nos ha presentado una película que habla sobre el subconsciente. El publico, ante algo que no entiende pero que sabe que está aceptado, lo acepta también, y se une a esa masa veneradora. Sin embargo ante algo incomprensible que no es conocido, se acepta, pro miedo a equivocarse.
Este fenómeno, del que seguramente Nolan tenia consciencia, ha echo que una película que no sobrepasa la mediocridad, debido a su incomprensión y a su aparente novedad en cuanto a temática, sea elevada a “gran” o incluso “magnifica”.
Origen es el típico film de acción, que no hubiese sobrevivido de tal manera si no fuese por el aparente problema filosófico que nos plantea, de forma tan liosa y entrelazada, dándonos a entender que, aparte de lo que se ve en la pantalla, hay más debajo. Nolan nos va explicando, paso a paso la trama. Muchos se creerán que sutilmente, mediante el personaje de Ariadna, pero no es más que un espejismo de pastoreo. Su único propósito es nublar el sentido crítico del espectador, y ante algo que no conoce, o no está (aparentemente) acostumbrado, presentarle la única opción posible: no quitarnos Origen de la cabeza.
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