viernes, 26 de noviembre de 2010

¡Ay! Si no te casas con este hombre...


1483.Las figuras estilizadas e idealizadas de Botticelli, las cuales aportan un profundo lirismo a sus obras, la esquematización del fondo, con sus colores delicados y brillantes, el fondo tranquilo y sereno nos transmiten un mensaje de lo más curioso e incluso irónico.
La historia que narra Botticelli en estos cuatro cuadros fueron extraídos de la octava novela de la quinta jornada del Decamerón de Boccaccio: “el infierno de los amantes crueles..” y tan crueles diría yo...
Nastagio, joven protagonista de los cuatro cuadros es rechazado por su amada, éste desconsolado se retira a los bosques, y allí tendrá una experiencia casi fantasmal: una mujer desnuda corre tras ser perseguida por unos perros que la atacan y un jinete que la dará muerte. La mujer asesinada, volverá a levantarse y echará a correr repitiéndose la misma escena. El objetivo de la repetición de esta escena tan horrible servirá para llamar la atención de Nastagio y hacerle reflexionar. Una vez comprendido el mensaje, Nastagio organizará un banquete en el que por su puesto deberá estar presente su amada, puesto que la imagen fantasmal volverá a repetirse y esta vez delante de ella. La joven, una vez contemplado lo ocurrido comprenderá que su destino será aceptar el matrimonio con el joven Nastagio, puesto que acaba de presenciar lo que la ocurrirá si lo rechaza.
De esta manera queda castigada la mujer, siendo destinada a no elegir ni su propio destino. Esta obra se realizó en el quattrocento, en el principio del Renacimiento italiano, cuando la mentalidad de la humanidad poco a poco iba abriéndose paso, pero en esta obra queda bien plasmado hasta que punto. La mujer sigue teniendo poco valor, y continúa siendo una sumisa del hombre.
La violencia del cuadro contrasta con la tranquilidad del paisaje de fondo. Lo más sorprendente de la obra es que no te esperas la violencia que plasma con un dibujo tan lírico, un paisaje tan tranquilo y unos colores tan poéticos.
Lo mas gracioso, curioso o irónico (no sabría bien como definirlo) de todo esto es que la serie de cuadros fue encargada como regalo de bodas con ocasión del matrimonio de Giannozzo Pucci con Lucrecia Bini. Exactamente me gustaría hacer un hincapié en esta parte. ¿Porqué este regalo de bodas?, ¿realmente de qué se trataba?. Lo único que se me ocurre es que precisamente sea como una especie de aviso hacia la prometida... no lo sé, pero espero que jamás me regalen algo así el día de mi boda, claro que hoy en día... tengo voz y boto. Me encantaría saber qué fue lo que se le pasó por la cabeza a Lucrecia Bini ante tal presente.
Es una situación condicional, es una situación entre la sumisión y el miedo, o la sumisión por el miedo. Una mujer no podía ser feliz de este modo.

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