miércoles, 10 de noviembre de 2010

When my eyes were stabbed by the flash of a neon light that split the night and touched the sound of silence


Alfredo Jaar, artista chileno afincado en Nueva York conocido por su arte político, acusador y reflexivo mediante el uso de contundentes imágenes, presenta en la galería de Oliva Arauna de Madrid su obra The Sound of Silence, presentada en sociedad por primera vez en el año 2006. Y menciono este último dato porque la repercusión e impresión de la obra no hubiera sido la misma de haberse expuesto diez años antes, una fecha quizás más acertada para la huella que Jaar pretende dejarnos. Un tema del que ya se habló, reflexionó y juzgó en su momento y el cual el artista, mediante una videoinstalación, rememora. Es justamente esta videoinstalación la que considero es la parte de la exposición que complementa y sirve como soporte a la instalación que lleva por nombre Three Women, y no a la inversa.

El vídeo de ocho minutos que se proyecta en una oscura estancia cúbica narra la biografía de Kevin Carter, y la cuenta desde dos puntos de vista: el ‘a favor’ (la anécdota de cómo él, en su época en el ejército –pleno apartheid-, defendió a un camarero negro que estaba siendo insultado y por lo que unos compañeros soldados le propinaron una paliza) y el ‘en contra’ (los veinte minutos que esperó a que el buitre que acechaba a la desnutrida niña alzara sus alas para conseguir la instantánea perfecta) planteando al espectador un serio dilema sobre la ética de su trayectoria fotoperiodística, sobre el fin de la foto que le dio el pulitzer en mayo de 1994 (¿cómo lo juzgaría Maquiavelo?) y le quitó la vida dos meses después.

La historia de Kevin Carter sirve pues de pretexto para entender por qué los retratos de Aung San Suu Kyi, Ela Bahtt y Graça Machel se presentan en un formato minúsculo, colgados de la pared y rodeados de focos encendidos. Es la presión mediática a la que tres luchadoras; activistas; revolucionarias; abanderadas de la democracia, la no-violencia y los derechos humanos; justicieras; mujeres coraje se han visto sometidas por su labor, acabando bajo arresto domiciliario, como Ministra de Educación y Cultura de un país o presidiendo el Banco Mundial de la Mujer. Unos focos que, pretendiendo iluminarlas, las ciegan y nos dificultan acercarnos a ellas, nos mantienen a distancia y nos las muestran inalcanzables.

¿Por qué tres ejemplos de personas como son las protagonistas de Three Women tienen que verse en esta situación? ¿Por qué nos impiden –los focos, los mass media, los gobiernos- acercarnos a ellas? Alfredo Jaar nos incita a reflexionar sobre ello, convirtiendo el fotoperiodismo en obra de arte, propiciándonos retratos de rostros importantes en un soporte sencillo, denunciando.

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