viernes, 26 de noviembre de 2010

Bla, bla, bla



Bla, bla, bla, por Clara del Olmo Rivas



Desde el mes pasado podemos leer en una ingente cantidad de noticias el siguiente titular: El graffitero británico Banksy se cuela en Los Simpsons.
Esto no tendría nada de particular, puesto que por esta magnífica serie han desfilado ya cientos de personajes, si no fuera porque Banksy no apareció en la serie, sino que formó parte de la creación de la intro de un capítulo.
Así pues, en el episodio Moneybart que se estrenó el pasado mes de octubre en Estados Unidos, el graffitero activista creó el guión gráfico de la serie mostrando a decenas de trabajadores asiáticos explotados en una fábrica clandestina, donde se les veía fabricando los personajes de la serie.
A partir de aquí ha surgido una serie de especulaciones en la cuales se pone en tela de juicio que los productores de Los Simpsons en realidad contraten empresas externas -concretamente coreanas- para que realicen la mayor parte de la animación.
Estoy leyendo numerosas fuentes al respecto…y en todas ellas se dice que Banksy, revolucionario como es él, utiliza el sarcasmo de Los Simpsons para hacer una crítica a la explotación laboral que se sufre en los países asiáticos. Leo que la opening es muy crítica con la Century Fox –canal donde se emite la serie- hasta el punto de que se hace extraño que la hayan emitido. Increíble.
Sigo leyendo… ¡y me topo con que los realizadores de Los Simpsons están arrepentidos de haber invitado al graffitero a diseñar la introducción! Incluso agregan un comentario de uno de ellos, al ver la repercusión que este tema ha tenido: ''Esto es lo que obtienes cuando contratas a terceros para que hagan tu trabajo''.
Vamos a ver, ¿hay alguien ahí?
Matt Groening quiso burlarse de los comentarios de la comercialización de su serie y necesitaba que tuviera impacto. Para ello eligió al controvertido graffitero sin rostro Banksy. No se quiso hacer crítica en ningún momento, sino parodia, a lo que siempre se han dedicado Los Simpsons. La serie juega con el ''a ver quien da más'' y los realizadores y productores moldean la imagen de Banksy para que no le muevan de su estatus de ''artista callejero'' que no devela su identidad, y por tanto, poco fiable.
Por lo que podemos ver, tal y como se proponían lo han conseguido: que se siga hablando. Ése es el secreto del éxito de los Simpsons: la buena polémica.

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