lunes, 8 de noviembre de 2010

¿una amenaza disfrazada?

NASTAGIO DEGLI ONESTI

Boticelli realiza estos cuadros en el año 1483 (aunque no se sabe con certeza si fue él o sus discípulos.) fueron realizados para ser utilizados como spalliera, es decir, paneles pintados que revestían las paredes de las habitaciones de las casas florentinas con el objetivo de decorar y también el de ayudar a mantener templadas las habitaciones. La historia de Nastagio Degli Onesti es la octava novela del libro Decamerón de Bocaccio.

El relato está contado a lo largo de las 4 tablas, sobre las que se van sucediendo los acontecimientos; en la primera Nastagio es rechazado por la mujer que ama, y entra en el bosque, melancólico y se encuentra la escena que se halla en el centro del cuadro; la de una mujer que huye de un jinete.
En la segunda tabla, Guido, el señor, ha dado caza a la mujer, le saca las entrañas y se la da a los animales. La escena de la persecución se repite como castigo cada viernes durante tantos años como meses ella le había ingnorado. Él, al ser rechazado por ella se suicidó, y por ello es castigado, y ella es castigada tanto por rechazarle como por la indiferencia que mostró como reacción a su suicidio.
Nastagio se aprovecha de esta aparición e invita a su amada y a su familia a un banquete en el que presencian la persecución. La mujer, asustada por esta historia y temerosa de que se pueda repetir en su caso, acepta casarse con él. La cuarta tabla nos muestra la ceremonia nupcial de ellos dos, con una escena típica del Cinquecento. Lo curioso esque las mujeres de Rávena, tras conocer esta historia y las tablas, se mostraron mucho más dispuestas que en el pasado.
Observamos en esta serie de pinturas una pesadilla común, la pesadilla de cómo se origina la sociedad, (el pinar en sí ya es un símil de un escenario, una sociedad salvaje.) a partir de “amenazas” en silencio, pero amenazas.Un orden establecido a partir de inducir miedos, de inducir un sentimiento de obligación en las jóvenes de aquel momento. La pesadilla del enorme peso de una sociedad castigadora y prejuiciosa. Creo que en este aspecto hemos avanzado bastante pero desgraciadamente aún nos encontramos lejos de llegar a la meta.


Creo que la diferencia con respecto a nuestra época y la suya es que nos pensamos que hemos superado (o al menos la mayoría de las personas) estas actitudes machistas, y las criticamos, creyéndonos haber pasado de sobra por encima de ellas. Esto, afortunadamente sucede, pero no en el 100% de los casos, como debería ser. Creo que la teoría la tenemos todos muy claros, la práctica es lo que falla, lo que sale en los telediarios todos los días

Sofia Corrales

No hay comentarios:

Publicar un comentario