¿Son los sueños algo real, un lugar que pueda ser transitable por otras personas? De esto es, aproximadamente, de lo que trata este film interpretado por el protagonista de Titanic, Leonardo DiCaprio, y dirigida por Christopher Nolan.
Sigismund Schlomo Freud que, fue un médico y neurólogo austriaco, creador del psicoanálisis y una de las mayores figuras intelectuales del s. XX, decía que no controlamos nuestra propia mente, a menudo nuestro subconsciente nos engaña a través de los sueños. Las emociones enterradas en la superficie del subconsciente suben a la superficie consciente durante los sueños, de un modo u otro, esta teoría la vemos reflejada en “Origen”, Cobb (Leonardo DiCaprio) se encuentra en continuo enfrentamiento con su subconsciente, todas las misiones para las cuales ha sido contratado se echan a perder cuando la mayor preocupación de Cobb, su mujer muerta, aparece en los sueños en los que tiene que penetrar.
Cobb esta obsesionado con el suicidio de su mujer y la única manera de aliviar su obsesión, es crear un “nivel” en su mente, en el cual se puede encontrar con la imagen onírica de su mujer. A veces, los sueños son capaces de influir en nuestra vida y condicionarla de manera que deseemos vivir ese sueño hasta tal punto que no podamos seguir nuestras vidas con normalidad.
Por otro lado, las películas, la publicidad…etc, puede influirnos hasta tal punto que cambie nuestra manera de pensar o que nos introduzca una idea que realmente no es nuestra, esto es lo que intentan Cobb y sus compañeros cuando interrumpen en la mente de Fischer, hacerle pensar que no tiene que seguir los pasos de su padre recientemente fallecido.
En cuanto a la arquitectura que nos presenta Nolan, he de decir que me pareció impactante que la imagen de la cuidad apareciera superpuesta de manera que al mirar hacia el cielo pareciese que estuviéramos mirando la cuidad desde arriba cuando en realidad estamos en ella.
También se alude al arte de Escher comparando la estructura de los sueños con una un laberinto infinito en el que no se sabe cuál es el principio y el fin.
Y concluiré diciendo que me ha parecido una buena película, aunque no de las mejores que he visto, en cuanto a las interpretaciones la que más me ha gustado ha sido la de Marion Contillard (Mal, mujer de Cobb) ya que pienso que es la más conseguida. También me ha impresionado la manera de reflejar los sueños, el compararlos con un laberinto que hay que descifrar me ha llamado la atención, aunque Nolan lo ha expuesto de manera extensa y desde mi punto de vista le sobraban unos cuantos minutos a la película.
Y. Cristina Guadarrama Gómez
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