martes, 19 de octubre de 2010

El sueño de la razón produce monstruos



El sueño de la razón produce monstruos, por Clara del Olmo Rivas.


Origen es la nueva película de Christopher Nolan, un thriller futurista que cuenta como protagonista a Leonardo DiCaprio y que está dando mucho de qué hablar.

Ya lo dijo el propio Nolan: ''Voy a hacer una obra de ciencia ficción de acción contemporánea situado en el interior de la arquitectura de la mente'' . Esto hizo que se esperara con ganas el estreno por parte de un número elevado de público. La película no ha defraudado a nadie...al parecer solo a mi.
Las críticas por parte de los medios de comunicación están siendo, a mi juicio, exageradamente enaltecedoras.
El film en sí mismo es un laberinto de teorías, una película que te obliga a parir ideas -en el sentido socrático de la expresión- y sacar conclusiones.
Sin embargo, todas esas teorías e ideas caen en saco roto. Demasiado enrevesado. Demasiados cabos sueltos. En esta película parece que todo vale, y apoyándose en que nada tiene explicación, nada tiene sentido.
A continuación de mi humilde opinión como espectadora, mis teorías:

Una escena muy particular es la primera de la película: Cobb está en la orilla de la playa; abre los ojos y ve a sus hijos construyendo un castillo en la arena, pero cuando parece que va a llamarlos, salen corriendo y no puede ver sus caras. En ese instante, se vuelve a dormir y en la siguiente escena le despiertan los guardias de Saito.
La conversación que sigue entre ellos no es la misma de la última escena, sino que parece cíclica, una justifica la otra.
Arthur tiene como tótem un dado cargado, Ariadne tiene una pieza de ajedrez limada. Como dice la película, un tótem es un elemento que sólo su dueño conoce su truco, un elemento que no funciona como tendría que funcionar.
Sin embargo, el tótem de Cobb lo hace al revés. En el sueño tiene truco y funciona de manera que en el sueño se comporta como un tótem real, mientras que en el mundo real no tiene truco, puesto que en la realidad caería.
Quizá se podría decir que es un tótem onírico y está diseñado de manera que el que lo vea piense que la realidad es sueño y viceversa. El tótem era de Mall, por lo que se puede llegar a una conclusión de con qué fin lo diseñó...

En cuanto al final, la película lo deja abierto para que se reflexione hasta qué punto podemos discernir la realidad de la ficción.
Ya que estamos hablando desde una óptica subjetiva, ahí queda la duda. La curiosidad, es que los niños van vestidos de forma diferente al final de la película, y que el tótem, está a punto de caerse...
¿Sueño o realidad?



Clara del Olmo Rivas.
Grupo 12.






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