miércoles, 27 de octubre de 2010

"Nastagio degli Onesti" de Botticelli

El término "Renacimiento" significa "volver a nacer", recuperando las formas perdidas de la Antigüedad clásica y adaptándolas al nuevo lenguaje artístico en torno a dos conceptos: la perspectiva y la proporción.
Se volvió a una cultura antropocéntrica, donde el ser humano se siente el centro del universo, en contra del teocentrismo de la etapa medieval, donde Dios era el centro del mundo. Surge el "Humanismo" que retoma el interés científico por la naturaleza y la pasión por el arte.
Los mecenas son personajes de gran prestigio social que avalarán la labor de los humanistas. Entre los más célebres encontramos a la familia de los Médici, en Florencia; los Sforza en Milán; los Montefeltro en Urbino, o el mismo Papado en Roma.
Los artistas rechazaron que se les considerase meros artesanos, ya que ellos no trabajaban con las manos, sino que sus obras eran el fruto de una reflexión intelectual.
El Renacimiento se inicia en Italia, donde nunca se había perdido del todo la herencia clásica. En el s. XV los arquitectos renacentistas descubren la obra de Vitrubio, arquitecto romano del s.I a.C., que escribió un tratado sobre esa disciplina. Esta obra, "Los diez libros de arquitectura", será estudiada por los más reconocidos maestros de obras. No menos importante fue el hecho de conocer muy de cerca las ruinas grecorromanas, tan abundantes en Italia.
Cronológicamente, el Renacimiento se desarrolló en dos fases:
- S.XV, o Quattrocento;
- S. XVI, con dos etapas muy definidas: * el Cinquecento (hasta 1527);
* el Manierismo (hasta 1594).

Nastagio degli Onesti es una narración de Boccaccio conocida por un ciclo de cuatro cuadros del pintor italiano renacentista Sandro Botticelli. Fueron ejecutados en 1483 (s. XV), al temple sobre tabla.

Esta serie de Botticelli hace suponer que el conjunto conformaba la cabecera de una cama nupcial o que decoraba los cuatro frentes de un arcón de boda o "cassone", destinado a guardar el ajuar de la novia. Se decoraban en sus lados mayores con pinturas alegóricas, generalmente de un contenido moralizante. Hay quién considera que fue pintado para unas "spalliere", o casetones de madera con los que se revestían por entonces las paredes de las habitaciones principales de las casas nobles florentinas, para resguardarlas del frío y de la humedad. En el tercer y cuarto panel aparecen los escudos de armas de las dos familias.

Botticelli, en un período de madurez artística, se inspiró en la obra de Bocaccio, el Decamerón, para narrar esta trágica historia de amor y muerte (" El infierno de los amantes crueles").El episodio que elige es la Historia de Nastagio degli Onesti. El modo de contarlo es, sin embargo, algo arcaico, puesto que utiliza la presencia simultánea del mismo personaje varias veces en el mismo cuadro; además, cada cuadro actúa como una viñeta de cómic, que muestra la evolución de la historia. Estos recursos fueron muy frecuentes en el Gótico italiano, pero en el Quattrocento, cuando se realiza esta serie, ya habían sido desechados por los artistas más avanzados. El tema es el que sigue:

I Cuadro: se conserva en el Museo del Prado (Madrid). La razón por la cual Botticelli pinta a Nastagio 3 veces es para señalar 3 tiempos distintos en un mismo "momento", así que la repetición de los personajes no es para poner más personajes en el cuadro ni tampoco es para confundir al espectador, sino para connotar el lugar donde se desarrolla la obra. A lo lejos, conversa con sus compañeros en un campamento. Ya en primer término a la izquierda, pasea cabizbajo por el rechazo de su novia, y en el centro, lucha contra los perros que atacan a una mujer desnuda. A la derecha, aparece el jinete que la persigue(Guido degli Anastagi). La pintura muestra desigualdades; fue pintada mayormente por ayudantes, aunque las dos figuras de Nastagio en primer plano muestran más finura en los ropajes y facciones, pudieron ser pintadas por Botticelli.
II Cuadro: se conserva en el Museo del Prado (Madrid). Aquí se ve, a la izquierda, al joven Nastagio, que retrocede horrorizado por la aparición en el centro. La mujer ha resultado muerta y el caballero le hace un tajo en la espalda para sacarle el corazón y dárselo a los perros, lo que sucede en el extremo de la derecha. Al fondo se comprueba cómo el episodio fantasmal se repite con una nueva persecución. Según algunos críticos, el refinado uso de los colores en este cuadro evidencia que lo pintó Botticelli, pero otros creen que las figuras crispadas de Nastagio y la mujer son de otro autor. El caballo blanco es considerado lo mejor del cuadro y se atribuye a Botticelli.
III Cuadro: también se conserva en el Museo del Prado. Aquí se representa un banquete que tiene lugar en medio de un pinar. Nastagio lo ha organizado para que tanto su amada como la familia de ésta vean los fantasmas de la joven desnuda y su asesino. Se ve en el centro a la mujer atacada por los perros, con el jinete a la derecha. Nastagio, ligeramente a la izquierda, explica el sentido de la escena que están viendo los comensales. En el lateral derecho se ve a Nastagio hablando después con la criada de su amada, que le cuenta que la joven ha accedido a sus deseos. Se ven los escudos de los Bini y los Pucci y también, en el centro, el de los Médicis.
IV Cuadro: Forma parte de la colección privada del Palacio Pucci en Florencia y es la única escena que permanece en su sede original,gracias a una recompra reciente. Representando en esta última tabla el episodio de la boda del caballero bajo una estructura típicamente renacentista, que permite ver al fondo un arco de triunfo que simboliza la victoria del amor. La gran preocupación del artista en esta escena estriba en la representación de la perspectiva a través de las dos mesas que se alejan en profundidad. Los camareros refuerzan ese efecto perspectívico. Sin embargo, la composición carece de movimiento, pecando de estatismo la mayor parte de las figuras. El colorido empleado y los retratos de algunos de los invitados suplen tal estatismo. Aquí pueden verse también los escudos de los Pucci y los Bini. De las cuatro pinturas, ésta es considerada la de menor calidad y casi ningún experto defiende que Botticelli la pintase, ni siquiera parcialmente.

Las tablas permanecieron en Florencia, en manos de los Pucci, hasta 1868. Pasaron después por distintos propietarios hasta que, en 1929, don Francisco de Asís Cambó compró las tres primeras a los herederos de Joseph Spiridon. En 1941, el propio Cambó las donó al Museo del Prado.
Francisco Cambó, importante político español, además de empresario, era un fanático del arte. Tuvo una de las colecciones privadas españolas más valoradas de la época. En particular, tenía fascinación por Botticelli y, de no ser por él, España no tendría ahora ninguna obra de este autor.
El Museo del Prado pudo contemplar con rabia quien era el propietario del 4º cuadro: el desconocido coleccionista norteamericano no existía. El cuadro había sido subastado en 1960 y el Prado no había estado en la puja. El que sí había estado presente fue el diseñador Emilio Pucci, que pudo llevar de nuevo la obra, tras casi 500 años, a la familia que la había encargado.
La autoría de estas pinturas -que ya en el siglo XVI fue atribuída por Vasari a Botticelli- ha sido no obstante muy discutida por la crítica especializada, a la vista de las disparidades de ejecución que se aprecian en ellas y que revelan en algunas de sus partes la intervención de colaboradores. En la actualidad se tiende a admitir, a tenor del carácter unitario que presentan, que no toda la realización de las mismas es obra autógrafa de Botticelli, pero que sí lo fue su concepción global y la dirección de la composición.

El estilo renacentista recupera el arte clásico grecorromano y se proyectará en el estilo neoclasicista de época posterior.

Andreea Roxana Neagu
Grupo:12
1º de Grado de Hª del Arte
Teoría del Arte
27/10/2010

No hay comentarios:

Publicar un comentario