domingo, 10 de octubre de 2010

CON LOS PIES EN EL SUELO

Rubén Ustero Pardos

En el Matadero de Madrid me encontré caminando por La Habana. En lo que antaño fue una cámara frigorífica, ahora templo enmoquetado de luces y sombras bautizado como Abierto x Obras, pude contemplar, pisar y tocar siete alfombras y dos video-proyecciones que componen la instalación del artista cubano Carlos Garaicoa titulada Fin de Silencio.

Pedazos de suelo habanero a base de hilos entretejidos que muestran de forma hiperrealista rótulos de antiguos comercios, cuyo detalle con el que ha sido reproducida la textura, cada grieta o imperfección del pavimento es asombroso.

Creadas mediante técnica mixta basada en fotografías a las que posteriormente se modifica el texto y con las que finalmente se confeccionan de forma mecánica y a tamaño natural estas alfombras que componen un site specific interactivo. Carlos Garaicoa (La Habana, 1967) desarrolla su obra recreando el espacio urbano como parte de la historia y obtiene un nuevo significado mediante esa nueva escritura. Enfrenta en un diálogo a la ciudad y al transeúnte, ambos en crisis, para sacar a la luz el secreto de esa ciudad e instaurarlo como discurso crítico de nuestra sociedad.

La denuncia política queda latente detrás de cada frase, es decir, debajo de cada alfombra, allí donde se esconde lo barrido, lo que no interesa que salga a la luz, allí donde se impone el silencio. Pero esto es el “Fin de Silencios”. El artista nos está invitando a reflexionar, a pararnos a observar aquello de lo que pasamos de largo, lo que pisamos, su suelo, su tierra, que clama por los poros “El Pensamiento” de su gente. Y así, descalzos, con los pies en el suelo, el suelo de La Habana pero en Madrid, ese sucio suelo en forma de suave alfombra, hecho obra de arte, pensar en que existe una realidad ante nosotros que hemos de analizar para, si es oportuno, llegar a la conclusión de cambiarla. Y donde “La General Tristeza Negará Placeres” el pueblo tendrá que revelarse. “El Volcán Estallará […]” y “vivirán” o “morirán” “sin miedo” y “sin rival”.

Una obra postconceptual que recoge el testimonio del paso del tiempo por medio del frío y roto piso de los comercios pre-revolucionarios a los que la Historia les ha traído competencia. Esta serie de rótulos, que podemos observar su situación y aspecto real en las video-proyecciones , donde también vemos los pies de las personas que caminan sobre ellos, se contraponen a toda la propaganda revolucionaria que inundan la ciudad cubana desde el comienzo del régimen castrista. Eslóganes como “Victoria o Muerte” reclaman nuestra atención en Cuba, pero aquí Garaicoa nos dice usando un antiguo letrero comercial que “La Lucha es de Todos, de Todos es la Lucha”.

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