Bienvenido al mundo de los sueños. NO, no es ese mundo que visitas cada noche cuando duermes. No son esa clase de sueños que Freud analizó, así que olvida sus teorías de condensación y desplazamiento del subconsciente; mejor vigila sus proyecciones. Estos sueños están arquitectónicamente creados, sujetos a la lógica, imitando la realidad para que creas estar despierto. Un mundo onírico creado por Nolan mediante esa máquina de sueños compartidos que es (también) el cine, con sus propias reglas, donde un sueño puede contener a otro como una matrioshka, así que atento a cada detalle, a ver si puedes descubrir el truco, y no te pierdas en este laberinto porque aquí abajo un minuto puede ser una eternidad. Deja en paz tu tótem; ya estás soñando.
Un padre, un hijo lleno de remordimientos y una idea que implantarle a ese hijo. Esto es ORIGEN. No estoy hablando de Fischer y su moribundo padre. Tatúate esto para no olvidarlo: todo es un truco.

Diseños de Esher, sedante, niveles de sueños y proyecciones del subconsciente cabreadas (subseguridad propia de un extractor). Finalmente Cobb llega al limbo (el último nivel), habla con la saboteadora proyección de Mal y Ariadne la mata. Cobb busca a Saito y salen de allí suicidándose. Despiertan. Llega a EE.UU. sin problema y ¡allí está su padre esperándole! Regresa a su casa. Gira la peonza, su totem para saber si está soñando, pero da igual, no la mira, porque ya es capaz de verle la cara a sus hijos. Está despierto y redimido. La peonza dejará de girar. Tu mente no.
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