martes, 12 de octubre de 2010

FIN DE SILENCIO
Carlos Garaicoa.
Sofia Corrales


El artista Carlos Garaicoa nació en en 1967 en La Habana, Cuba, donde aún vive y trabaja.
Estudió Termodinámica y luego pintura en el Instituto Superior de Arte (1989-1994). Ahora expone en el Matadero de Madrid Desde el 25 de Septiembre al 07 de Noviembre. La exposición recibe el nombre de “fin de silencio”, y está formada por siete tapices, en los que se leen frases o palabras, y dos videos. Los tapices son reproducciones a grande escala de las firmas de antiguos comercios de La Habana, que es el sujeto principal de su obra en general.


Claramente el objetivo de esta exposición es una queja, una denuncia, la demostración de un inconformismo general y callado, oculto, subterráneo. Juega con palabras que tienen mucha fuerza, como La Lucha, Pensamiento, Sin rival o Reina. Por eso recibe el nombre de “fin de silencio”. Carlos Garaicoa quiere incitar a la reflexión. Quiere que caminemos durante un rato por La Habana, quiere que paseemos por encima de la censura, comprendiendo el gran silencio de los que no quisieron nunca la revolución.

Por tanto, es una obra “hiperrealista”, porque muestra reproducciones fieles del suelo de la ciudad, (llegando al punto de representar hasta un chicle que alguien tiró al suelo alguna vez) pero a la vez puramente idealista, conceptual. Su objetivo va más allá de un placer estético, de un lugar físico que se nos es representado y sobre el que caminamos, todo esto es sólo el medio por el que Carlos Garaicoa se aproxima a nosotros, nos cuenta, nos acerca a su opinión, busca quizá una manera de encontrar un compañero, que pasee con el por La Habana, por su La Habana.
Como opinión personal, creo que se trata de una exposición que se sale bastante de lo habitual, que me ha hecho pararme a pensar, sobre el arte como vehículo fantástico para llegar a conocer/sentir la historia, sobre la revolución, aunque sea durante unos minutos, y si cada persona que la vea procede después a un diálogo, a una reflexión, es razón suficiente para que ésta exista y sea considerada como
arte.

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