martes, 11 de enero de 2011

Carlos Garaioca

Natalia Gudiño Castilla

Como si de un lugar sagrado se tratase, como si estuvieses visitando una gran mezquita, al llegar a la exposición de Carlos Garaioca uno ha de descalzarse, pues no solo utilizará el sentido de la vista sino que el sentido del tacto también. Pues piensas que lo que estas pisando es suelo, que es una superficie dura, pero lo que uno no se imagina es que lo que está pisando, son, vulgarmente hablando son “alfombras”. Es lo que Garaicoa pretende, jugar con esa ilusión óptica.
Carlos Garaicoa nació en 1967 en La Habana, Cuba, donde aún vive y trabaja. Estudió Termodinámica y luego pintura en el Instituto Superior de Arte. Se da a conocer en La Habana en los años noventa. Su primera exposición personal, “Días de infancia”, es de 1989, pero es a partir de “Las metáforas del templo” donde se inserta de lleno en el ámbito plástico cubano.
Su obra abarca la fotografía, el dibujo, el grabado, el vídeo, y las intervenciones y performances en lugares públicos.

Es así como Garaioca nos presenta su exposición, una exposición basada en crear siete tapices que retratan el suelo de la ciudad de la Habana. Estos tapices están inspirados en los letreros de los viejos comercios que aún existen en la ciudad. Por lo que Fin de silencio, el nombre que recibe la exposición, tiene como elementos principales el juego de palabras y las texturas.
Pues estos tapices no solo representan los viejos letreros de la Habana, sino que Garaioca los interpreta a su manera y alterna su significado original con frases completas. La finalidad que busca, la intención es que la gente reflexione con el mensaje que encierran.
El trabajo de cada tapiz, recuerdo al trabajo que realizaba por ejemplo la Real Casa de Tapices de Madrid, cuando Goya realizaba los famosos cartones para los tapices, podemos encontrar una similitud en el trabajo realizado por Garaicoa, pero llevado al siglo XXI. Garaicoa comenzó en 2006 una serie de fotografías de fachadas y del suelo que intervenía con alfileres e hilos, con los que después su manipulación consistía en jugar con los letreros que se encontraba. Para lograr la calidad y realismo, las alfombras tuvieron que ser hechas en Bélgica a través de una máquina que leía digitalmente las imágenes y las reproducía hilo a hilo. Un ejemplo de ello, es El letrero RCA Víctor (marca de electrónica) se podía convertir en pueRCA VictorIA.
Se dice que Garaicoa emplea un acercamiento multidisciplinario para abordar temas de la cultura y política, particularmente cubanas, tras el estudio de la arquitectura, el urbanismo, y la historia. Su sujeto principal ha sido la ciudad de La Habana, y sus medios incluyen la instalación, el video, la fotografía, escultura, los libros cuyos imágenes saltan de las páginas, y el dibujo.

Está considerado como uno de los artistas cubanos con mayores compromisos internacionales en los últimos años.

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